lunes, 26 de abril de 2010

Esa maldita garrafa!

Esa tonta suerte, que caracteriza a los domingos, te ataca en ese preciso momento en que tenés la guardia más baja; CUANDO TE BAÑAS! Sisi, cuando te estás bañando, es cuando peor pueden salir las cosas… nunca falta la llamada telefónica, o el timbre… yo les digo, siempre puede ser peor, una llamada podes ignorarla, el timbre también. Para desgracia, a veces uno tiene… digamos lo “escaso recursos” y le pasa, lo que me paso.
Eran las 11:00 de la noche, decido irme a bañar, para acóstame limpio y aprovechar el calorcito de la cama para no morirme de frio a la mañana, por eso me baño a la noche, y no a la mañana.
Tener un mal o buen dia, depende de dos cosas, como empieza y como termina, no voy a hablar de cómo empezó porque seria redundar en melancolía y boludeces. Pero como termino! Por la ira de todos los dioses, nunca te pueden hacer eso.
Antes de entrar a bañarme, enciendo el calefón, me desvisto, llevo el tallón y la ropa al baño, y giro la canilla. Generalmente, tardo entre 20 y 25 minutos en bañarme.
Transcurrían los 15 minutos estimo yo (estaba en la mitad de mi baño) cuando el agua, súbitamente… se enfría! Instantáneamente al grito de “CERRA LA CANILLA VIEJO!” , respondí… sin tener respuesta alguna, obvio que no… estaba solo en la casa.
Cabe aclarar que en la casa, la temperatura ambiente hoy es de aproximadamente 14º, salí, desnudo y helado, cuando también! Me di cuenta, que la cocina, se había apagado, dejándome la comida a medio cocinar. Frustrado y enojado, me doy cuenta de que la garrafa… se había terminado. E ahí, como una garrafa te arruina el día.