Suena el despertador, son las 7:30, lo apago, y con la pereza de dos días encima, sigo durmiendo hasta las 8:30… Hora de ir a la facultad! Me levanto, voy hacia la cocina, y al mirar por la ventana, veo un día nublado.
La mañana transcurre tranquila en la facultad hasta el momento en que salgo de “Dirección”… fue entonces cuando con Candy, empezamos a hacer el trabajo practico de fotografía; idas van y vienen con la cámara en la mano. El sol bañaba la galería de una forma hermosa… pero este no es el punto.
Mientras esperaba en la parada del 118, cruzando la facultad, mire la sombra y me di cuenta. Instantáneamente estaba en la década del 90’, la luz, simplemente me transporto a mi infancia, iba por la calle arriba del colectivo, disfrutando y disfrutando. El calorcito me adormecía, ni siquiera el golpeteo del colectivo me despertaba. Luego de que me baje, fui directo a la heladería, me compre ¼ de helado, flan, limón y chocolate nevado.
Llegue a mi casa, bla bla bla, y ahora me voy a sacar fotos…
Exitos para mi!
Cerrado.
Hace 5 años
1 comentarios:
es re lindo cuando te pegan esas retrosensaciones, es como un "volver al futuro", pero al pasado :P, y en vez de un auto, usamos como maquina del tiempo una hoja de otoño, una calesita, una hamaca, un chicle boobalo...
de cualquier forma, el constante paso del tiempo siempre termina deprimiendo a causa de la nostalgia de que todo antes era mejor...
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