viernes, 27 de agosto de 2010

oohh lectura!



Después de leer “Diario de un seductor” de Sören Kriedgrard (o algo así se escribe) un teólogo loco que escribió un par de novelas, la cosa es que esta es una de las mas febriles y alocadas.
Ahora no importa! La cosa es que me doy cuenta, no por leerlo, sino por intuición. De cuan bellas y extremadamente exóticas, son las bellezas que imbuyen a una mujer y la caracterizan: Desde una sonrisa, hasta el acto más simple que es caminar.
Dándome cuenta de esto, me digo ami mismo, que robarle una sonrisa a una mujer es algo así como un crimen, si se la tenemos que robar para disfrutarla, como que pierde un poco de esa gracia estética que la rodea desde un principio, no les parece ¿
Que nostalgia me da que una flor se marchite, se la puede cortar antes de que se desflore… seria eso un desperdicio? Obvio que depende de la situación, pero en el mejor de los casos, una mujer que pasa por la calle, y tiene algo que resalta, es una flor que cortamos para que se marchite instantáneamente al cruzar la esquina y olvidarla… pero no nos quita el momento en que la tuvimos en flor, en la mano, en la mirada!

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