sábado, 13 de febrero de 2010

De emociones y sentimientos



Inspirado en alguien más.



Partamos de la base, diferenciemos un sentimiento de una emoción.
A criterio propio, los sentimientos, son algo duradero, que se siente y se vive constantemente, día a día, no es algo que se siente o no, a diferencia de las emociones.
Los sentimientos están ahí, presentes en todo momento.
Diferente es la situación de las emociones, que pueden ser intensas o no, pero son pasajeras. Algunas duran más, otros menos, pero a fin de cuentas, una emoción no es más que eso…
Planteo entonces, que la felicidad, es un sentimiento, ya que uno en líneas generales, se está feliz o no. Durante el día, no es que si alguien te dice algo lindo, o hace algo por vos y te “agarra la felicidad”. Eso es algo que ya sentías, más o menos intenso, pero ya estaba. A diferencia de una alegría que sería una emoción, algo pasajero, si bien se disfruta, no hay comparación en la intensidad en que se vive.
Por así decirlo, estar feliz, es más complejo que estar contento, así, yo asumo que la felicidad, se compone de muchas “alegrías” y otras cosas más.
No se le puede poner un valor a la felicidad, no podemos decir “5 alegrías son igual a estar feliz todo el día” seria mediocre pensar en eso, porque estaríamos constantemente en la búsqueda diaria de boludeces que nos den alegría para pagar una “cuota” de felicidad. No se puede…
En yuxtaposición de emociones, uno puede ser “infeliz” y “feliz” al mismo tiempo, de ahí nace nuestro estado de ánimo constante. Este es la diferencia entre una y otra, el resultado es lo que sale a la vista y se ve en el día a día.
Distinta es la emoción, que uno no puede sentir “alegría “y “tristeza” al mismo tiempo, uno esta alegre o esta triste, no las dos, al menos no las dos por la misma causa. Uno puede estar alegre porque una persona especial le regalo un chocolate, y triste porque hay gente muriéndose en Haití.
En mi caso particular, todos esos detalles que cruzan por la cabeza de uno, que se tildan de bueno, o malo, son lo que suman y restan al sentimiento de felicidad o infelicidad. De esta forma, mientras más cosas en la cabeza tenga uno, mientras más situaciones critique (constructiva o destructivamente), en tanto más cosas lo tengan a uno pensando, más complejo va a ser su estado de ánimo.
Obviamente, siendo un poco pesimista como soy yo, o imparcial con algunas cosas, una persona como yo debería vivir infeliz, lo cual no sucede, en tanto tenga una sola cosa que me lo impida. Entonces, podría estar feliz todo el día, y tener momentos de tristeza pasajera.

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