Lunes 08 de febrero, 9:14 a.m
Despierto en la terminal de córdoba, con un cambio de personaje a mi lado; al salir de venado era un boliviano con una criatura que no dejaba de llorar. En algún momento pensé en tirársela por la ventana del micro, pero estaba cansado, poca importancia le di. Tenia una sola cosa mas importante en que pensar… debí haber llamado por teléfono, pero las circunstancias no me lo permitían por desgracia.
Encaminado ya el micro, con rumbo fijo a Tucumán, decido cerrar los ojos y dormirme al son de la música de “Across the Universe”(película que disfrute mucho con alguien especial). Buena música, y una posición cómoda, exceptuando el olor de este bolita, y su criatura, me dispuse a dormir.
9:14 am, despierto en la terminal de ómnibus de la ciudad de Córdoba, sorprendido de ya no tener a este indeseable compañero, sino mas bien una persona de la cual no voy a dar especificaciones, ya que al no tener ningún pun to en contra o a favor, no se justifica.
Abro la computadora, y con la ilusión de encontrar una red wi-fi sin clave busco y busco, fracasando en cada uno de los intentos; dispuesto así, a escribir y publicar esto en cuanto tenga internet.
En este preciso momento, estoy sobre la autopista saliendo de la ciudad, no tengo prisa ni apuro en llegar, sinceramente pienso en que debí haber resuelto una cosa antes de salir, aunque supongo que nunca es tarde para hacerlo. Dicho esto me despido.
-A mil kilómetros uno deja de esperar cruzarse en la calle.
-si, pero no dejas de esperar.
Cerrado.
Hace 5 años
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