viernes, 5 de febrero de 2010

Un corto adios





Viernes 05 de Febrero, 14:55 p.m.
Minutos después de despertar, al mirar afuera, noto con rareza lo oscuro de la tarde, oscuro de tormenta, pero mas de lo común, no presto atención…
Luego de un no muy extenso viaje en moto, con dos escalas, note que la ciudad de Venado Tuerto, se iluminaba, no en el sentido metafórico, dudo que en un futuro cercano esta ciudad se convierta en la meca de algo que fuere extraordinario. Fuera de las fantasías, la ciudad se ennegreció y las luces de las calles comenzaron a tomar ese color ámbar, característico de la noche; lo curioso es que era de tarde.
Mirando al cielo noto como la vehemente tormenta se apodera de los cielos y con truenos muy sonoros, comienza de alguna forma, a ambientar el día, un día ambientado en la más oscura y tétrica atmósfera, acompañada de las luces de la ciudad.
Miro el suelo, esta mojado, miro a mi alrededor, y las gotas, enormes gotas, se apoderan de todo, sin tregua y el olor a tierra mojada, normal de estos días, penetra en mis fosas nasales haciéndome sentir nostalgia por lo que parece ser la ciudad en la que no viviré en un largo tiempo.
Con esto me despido de mi ciudad, la que me vio nacer, crecer, hacer mis locuras y disfrutar de todos esos momentos hermosos.


"Si fuese lluvia, ¿Podría conectar con el corazón de alguien, igual que la lluvia puede unir los eternamente separados tierra y cielo?"

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