¿Cuántas veces nos sentamos a criticar Windows, o los programas de Microsoft en general? Muchas son las oportunidades para desdeñar las capacidades de estos productos, aludiendo a su falta de lógica, o a su poca fiabilidad.
Más aun, decimos “si, Linux es mejor” etcétera, muchos se llenan la boca hablando de este. El hecho es que muchos de esos que hablan de Linux en su vida lo usaron, o programaron siquiera, y me incluyo en este grupo.
La realidad, muchos hablan o todos, hablamos de este, pero seguimos usando el todopoderoso “XP” o nos mudamos a “7ven”, a excusa de -Linux no tiene compatibilidad- ¿Por qué? Porque como alguien muy sabiamente dijo “la costumbre siempre mata al placer” y como el ser humano es un animal de costumbre, ésta nos termina ganando indefectiblemente…
Para nosotros, los mortales comunes (los programadores son de otra raza, eso esta comprobado), hablar de programar Linux es suponer un enorme gasto de energía, tiempo y muchas otras cosas que a uno le suponen gastar su vida en algo casi inútil. Y aquí… es donde lo comparo con fabricar o comprar un mueble.
Ir a comprar un mueble armado, supone muchas veces, comprar uno de calidad media o dudosa, además de pagarlo, hecho de aglomerado de madera, o algo similar… fácilmente comparable con Windows, que hay que pagarlo y no siempre vale tanto, además de su dudosa calidad.
Y usar Linux, sería como fabricarse su propio mueble, con los materiales que uno prefiere, a criterio de cada quién, y dándole sus toques personales y detalles que en un ya fabricado no encontramos. Esto, sin dudas genera una afirmación –para hacer buenos muebles, uno tiene que ser carpintero- lo mismo sucede con Linux, para poder programarlo de una forma “elevada” por así decirlo, hay que ser diestro en la materia.
Ser carpintero, es un oficio que se aprende a base de práctica, lo mismo para Linux, nada mas que hay alguna que otra carrera que lo puede relacionar con mayor, o menor facilidad.
Si uno es carpintero, y fabrica sus propios muebles, probablemente también fabrique muebles para vender, y si no es carpintero, lo hace de hobbie. En caso de fabricarlos y venderlos, también nos trae un ingreso monetario. Esto no sucede con Linux, ya que programarlo de “hobbie” es ser un inconsciente, porque que hay cosas más divertidas y útiles en que gastar el tiempo de uno, sin tener en cuenta que es imposible vender una versión propia de este.
Por ende, a menos que lo hagas por pasión, y curiosidad, programar Linux, es totalmente inútil en cuanto a tiempo y esfuerzo refiere. A mi criterio, prefiero fabricar muebles…
Dedicado a Sebastián, alias Kazama
Cerrado.
Hace 5 años
1 comentarios:
Siguiendo el hilo, el otro día me salió "lo que pasa es que no tengo MADERA para ser carpintero"...
Últimamente a alguna de mis personalidades se le dá por hacerse el gracioso. De más está decir que no le sale...
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